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LOS DETALLES SIEMPRE CUENTAN

El Cuartel del Río Dulce




Si por algo se distingue nuestro alojamiento es porque siempre tratamos de ofrecer a nuestros huéspedes la mejor atención. La excelencia en la atención no es solo mostrar una sonrisa de bienvenida o ceder el paso ante una puerta, es necesario cuidar los detalles, supondrá un sello de distinción y nos hará destacar en el sector del hospedaje. Sorprender gratamente y ofrecer mucho más de lo que nuestro huésped espera, superando sus expectativas, es una manera de ganarnos su simpatía y confianza y, ante todo, de fidelizarlo.

Hoy os vamos a explicar cómo disponer una mesa correctamente, haciendo hincapié en esos detalles que tanto nos gusta cuidar.


Cuando nuestros huéspedes contratan el servicio de cenas en El Cuartel, al entrar al comedor-biblioteca sus caras reflejan una expresión de agrado: el calor que emana de la chimenea y el crepitar de las llamas; las luces de ambiente (por favor, cuidado con la iluminación de algunos comedores en los que los focos enfocan directamente a los comensales, convierten el momento en una suerte de tercer grado) ; la música clásica, con un volumen discreto, que no sobresalga sobre el tono de voz de los comensales.


Unas velas de color verde oscuro, el mismo tono que predomina en el resto del salón y en los elementos que decoran la mesa, ya encendidas. El protocolo marca que las velas se encienden cuando los comensales se sientan a la mesa, pero a nosotros nos gusta tenerlas encendidas antes de que nuestros huéspedes pasen al comedor. Unos bonitos candelabros pueden dar un toque de distinción a la mesa. A propósito, la luz de las velas, además de crear una atmósfera íntima, favorece el rostro dándole un tono cálido. Elige candelabros sencillos y de escasa altura. Hay que evitar los candelabros barrocos con multitud de brazos saliendo de su  cuerpo, además de ser recargados resultan demasiado formales e impedirán la visión entre los comensales.


Y ahora llega lo más importante: cómo disponer la mesa. En El Cuartel utilizamos manteles individuales con el objetivo de que no cubran completamente la mesa de diseño industrial que tenemos en el comedor, cuando la mesa es en sí un objeto de decoración no ha de ocultarse bajo un mantel. Disponemos un mantel individual redondo, del mismo color que las velas, y ,sobre él, cubriendo su mitad, otro rectangular con motivos frutales.


A continuación, colocamos el bajoplato, plato de respeto o plato base, también rectangular. Sobre el plato de respeto, se dispone el plato llano. La servilleta se dobla sobre el plato o se ubica a la izquierda de él, nunca la pongáis en el interior de las copas. Los cubiertos se centran con respecto al diámetro del plato base dejando un espacio de medio a un centímetro entre el bajoplato y el cubierto. No es correcto que queden ocultos por el ala del plato. Los cubiertos no han de tocarse entre sí. El cuchillo se dispone con el filo mirando hacia el plato. A la izquierda del plato situaremos el tenedor de carne y el de pescado, de fuera hacia dentro, siguiendo el orden en que se van a usar.

El orden de las copas es el siguiente: de izquierda a derecha, agua, vino tinto, vino blanco (la copa de vino blanco suele ser de menores dimensiones que la de vino tinto, de ésta manera al contener menos cantidad evita el calentamiento del caldo, que debe servirse frío). La copa de agua se sitúa centrada sobre la prolongación del diámetro del plato base. Una advertencia, no abuséis del número de copas que presentéis en la mesa, de lo contrario lo único que conseguiréis es crear barreras y entorpecer la comunicación entre los comensales.

¡Esperamos que esta entrada en nuestro blog os sirva de ayuda para convertiros en unos perfectos anfitriones!


Servicio de mesa para un banquete


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